La nueva normalidad tiene el potencial de impulsar aún más el Nearshore Outsourcing

Desde mediados de la década de los 90, el nearshoring, es decir, un enfoque de negocios en el que una empresa de terceros proporciona servicios específicos desde otra ubicación geográfica que está relativamente cerca del área de la empresa, ha sido una estrategia creciente para reducir los costos operativos para los negocios. 

Inicialmente, los modelos de subcontratación para las multinacionales con sede en los Estados Unidos se concentraban en contratar a un tercero ubicado en ocasiones muy lejos, para que prestara los servicios mientras al mismo tiempo se mantenían las operaciones en norteamérica. Algo que resulta muy costoso. 

En aquella época, los costos de mano de obra barata hicieron inicialmente de los países asiáticos una solución atractiva. Pero no pasó mucho tiempo antes de que las empresas se dieran cuenta de que centrarse en el costo más bajo tenía un alto precio, incluidas las desafiantes barreras del idioma, las diferencias culturales imprevistas, la alta rotación de empleados, o la dificultad de hacer negocios en zonas horarias muy alejadas.

Percibiendo una oportunidad inigualable, Mohammad Yusuf Amdani Bai, Presidente del Consejo de Administración de GK, concibió Altia Smart City, que estratégicamente ubicada tanto en San Pedro Sula, como en Tegucigalpa, proporciona agilidad, una mejor colaboración, más posibilidades de comunicación, y un mayor nivel de compromiso para las empresas que buscan aprovechar el nearshoring. 

Por esa razón,  GK, empresa líder de la región en el sector de los textiles y los proyectos inmobiliarios industriales, con presencia en Honduras, Guatemala, México y los Estados Unidos, provee a esos esfuerzos un espacio ideal para llevar a cabo los negocios de Nearshore.  

La nueva normalidad favorece al nearshore

La nueva normalidad tiene sin lugar a dudas el potencial de impulsar aún más el Nearshore Outsourcing. Es en países como Honduras antes que ciudades de Asia, donde las empresas del sector de BPO y ITO ven cada vez más un potencial inigualable para su inversión. 

Con la emergencia de la pandemia de Covid-19, los modelos de nearshore han cobrado impulso como la solución de referencia para muchas organizaciones con visión de futuro en los Estados Unidos. El impacto de la pandemia no ha hecho más que aumentar las ventajas de las plataformas operativas Nearshore, y ha expuesto los riesgos significativos que la deslocalización hacia India, Filipinas, u otros lugares asiáticos puede conllevar.

Ello ha provocado que muchas corporaciones importantes evalúen su estrategia administrativa en la economía posterior a la pandemia. La crisis de los suministros ha desvelado el problema inicial, pero también se ha comprobado que las tensiones no están solo en el ámbito de las manufacturas, sino que también pueden verse en el campo de los servicios, todo lo cual ha favorecido al nearshoring como una solución de negocios práctica. 

Las empresas que brindan servicios y que se han establecido en Altia Smart City, ya han disfrutado de una experiencia muy diferente a raíz de la nueva normalidad. Y, a medida que las organizaciones construyan un plan definitivo de cómo podría ser la economía posterior al coronavirus, los informes de los éxitos obtenidos en Honduras deberían contribuir a acelerar la adopción generalizada del modelo Nearshore por parte de más empresas.

En ese escenario, y con una fuerza laboral boyante, Altia se perfila como la mejor opción para las empresas estadounidenses que están buscando opciones Nearshore en la región. Tiempos de vuelo más cortos o una cultura similar son ahora solo algunos de los beneficios que podrán gozar las empresas durante la nueva normalidad.

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